- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Aparentemente la presidenta,
un canciller medio zurdo, uno de los jefes de la Cámpora y el ex piquetero Delia
hicieron un complot para asegurar que unos iraníes que están fuera del alcance
de la justicia argentina… bueno… sigan fuera del alcance de la justicia
argentina. Todo a cambio de vaya uno a
saber qué cosas.
El “complot” fue
descubierto por un fiscal y por todos los que leyeron los diarios donde salía que
Argentina había dado un primer paso para mejorar las relaciones con Irán. Después
de un gran trabajo que incluyó recibir información falsa de un ex agente de la SIDE y aceptar “sugerencias”
de la embajada de Estados Unidos, el fiscal presentó una carpeta denunciado a
los antedichos en medio de la feria judicial. El trabajo fue tan arduo que
debió suspender sus vacaciones pero por suerte le dejó tiempo para ir a un montón
de programas de televisión opositores.
Justo antes de
defender su posición en el congreso el fiscal recibe un tiro, más allá de las
dudas sobre si es autoinflingido o no, los medios opositores y algunos
caceroleros culpan a la presidenta.
Es obvio, la única
forma de acallar una denuncia que ya se presentó y que está por escrito es
matando la persona después de haber presentado el escrito.
Sin embargo en el
gobierno estaban equivocados. Lo que el fiscal escribió no desapareció por arte
de magia cuando lo mataron y ahora la presidenta de argentina va a tener que
pagar por los graves crímenes que le imputara el difunto fiscal.
Esos crímenes son:
ninguno.
Porque el accionar
detallado en el texto no constituye un delito y las relaciones internacionales
son parte del trabajo de un presidente y de un canciller.
Pero Cristina va
a tener que responder por el asesinato del fiscal!! Por supuesto!! Primero hay
que averiguar si fue un asesinato… después si la presidenta participó de alguna
forma y por último estaría bien encontrar algún motivo. Silenciar a gente que
la acusa sin fundamento no parece un motivo suficiente. Vamos, si la presidenta
fuera tan impulsiva Lanata y Carrio ya estarían muertos. Lo que me hace pensar…
¿si alguien “suicidara” a Carrio y a Lanata no afectaría a la imagen del
gobierno?
¿Hasta dónde estarías
dispuesto a llegar para perjudicar al gobierno?
Es posible que Lanata
y Carrio sean más útiles vivos que muertos, lamentablemente ese no fue el caso de
Nisman.
El presunto asesino de Nisman tomando un aguita porque salio con el blazer y hace calor
Comentarios